El envejecimiento poblacional es uno de los más importantes fenómenos de finales del siglo xx y principios del xxi, puesto que traerá profundas modificaciones en las estructuras sociales, económicas y culturales de los países, situación ya experimentada en los países desarrollados. Las transformaciones en la distribución por edad de la población se producen a tal velocidad que hoy se está ante la realidad de tener que atender los efectos del alto crecimiento poblacional del pasado y de preparación para afrontar las necesidades futuras.
El fenómeno del envejecimiento no se delimita por la edad apta para laborar, sino en términos funcionales de riesgo, pérdida de autonomía, de adaptabilidad y disfuncionalidad motriz, es la consecuencia de dos procesos de transición: una es la demográfica que se caracteriza principalmente por el descenso de la fecundidad y la mortalidad, y prolongación de la vida. El otro proceso es el epidemiológico, que se refiere al cambio hacia menores incidencias, prevalencias y letalidad de las enfermedades infecciosas y agudas, junto con el incremento de las enfermedades crónicodegenerativas e incapacitantes.
Para la prevención global del maltrato de las personas mayores se definió al maltrato como “…la acción única o repetida, o la falta de la respuesta apropiada, que ocurre dentro de cualquier relación donde exista una expectativa de confianza y la cual produzca daño o angustia a una persona adulta…” Puede ser de varios tipos: físico, psicológico/ emocional, sexual, financiero o simplemente reflejar un acto de negligencia intencional o por omisión; “… Es necesario destacar que el adulto mayor maltratado es víctima de sufrimientos innecesarios, de lesiones o dolor, pérdida o violación de sus derechos humanos y deterioro generalizado de su calidad de vida…”
El maltrato a los adultos mayores es un problema que ha existido en todas las sociedades y culturas del mundo, la novedad de los estudios que se vienen planteando recientemente está en considerar que las personas mayores también son una población susceptible de recibir malos tratos y en ver este fenómeno como un grave problema social. “…Hoy se admite que el maltrato constituye algo social y que no forma parte de la vida privada…”
Conocer la importancia del fenómeno, cuantificar las personas y colectivos que sufren o pueden llegar a sufrir situaciones de este tipo, identificar los factores que inciden para que se presenten casos y las situaciones que pueden facilitar estos comportamientos abusivos o de maltrato, conocer el tipo de conductas en los que se manifiesta, es totalmente necesario para poder actuar, intervenir, prevenir, corregir y avanzar hacia un modelo social más equilibrado. Lograr que las personas mayores puedan vivir con calidad requiere, necesariamente, que nadie vea vulnerados sus derechos.
Identificar esta situación es, sin duda, un reto en el que es totalmente necesario avanzar, no sólo en su estimación sino en el aporte para que se minimicen estas prácticas y para que la propia sociedad pueda hacer un examen de su forma de convivir y tratar a las personas mayores, considerar si determinados comportamientos que se practican deberían modificarse, con el fin de garantizar el respeto y la dignidad entre todas las personas y entre todas las generaciones.
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