La frase «úselo o piérdalo» se utiliza comúnmente para denotar la importancia de ejercitar su cuerpo y mantenerse en forma. Ejercitar su cerebro es igual de importante. Su cerebro necesita entrenamiento regular, en especial a medida que envejece. Después de los 65 años, su riesgo de desarrollar demencia se duplica aproximadamente cada cinco años.
La demencia no es una enfermedad. Es un conjunto de síntomas que ocurre como resultado del daño de las células cerebrales causado por otras enfermedades. Estas células afectan su memoria, personalidad y habilidades para tomar decisiones. El daño cerebral puede ocurrir por una lesión en la cabeza, un derrame cerebral o una enfermedad, como la demencia de Alzheimer (la forma más común de demencia). Otras enfermedades, como la diabetes tipo 2 no controlada, pueden causar otra forma de demencia conocida como demencia vascular (la segunda forma más común de esta afección). La demencia vascular es causada por un suministro de sangre deficiente al cerebro. Del mismo modo, afecta la memoria, la personalidad y las habilidades de toma de decisiones.
Si bien algunas formas de demencia no se pueden curar y el daño cerebral no se puede revertir, la investigación muestra que mantener el cerebro activo por medio de actividades, dieta saludable y ejercicio físico pueden ayudar a retrasar la aparición de la demencia. A su vez, puede ayudar a prevenir el daño cerebral causado por una lesión o enfermedad. Cuanto antes comience la actividad de ejercicio mental, mejores serán los beneficios.
El camino hacia una mejor salud
Si es una persona saludable y tiene menos de 65 años, estimular su cerebro con actividades y juegos puede mantener su mente aguda más adelante en la vida (a menos que desarrolle una enfermedad relacionada con la demencia o sufra un accidente cerebrovascular o una lesión en la cabeza). Si actualmente tiene algún tipo de demencia, los juegos mentales y las actividades de «mente activa» aún pueden ser de ayuda.
Existen muchos juegos y aplicaciones en línea disponibles para jugar en la computadora, su teléfono celular o tableta. Algunos son gratuitos y otros requieren una tarifa única o mensual. No olvide los beneficios de jugar juegos de mesa simples, como damas, ajedrez, juegos de combinación o rompecabezas. Otros juegos de ingenio, como el Sudoku y los crucigramas, también son desafiantes y a menudo los encuentra en su periódico local.
Mientras investiga juegos y aplicaciones en línea, busque actividades que amplíen su memoria a corto plazo, escucha, atención, lenguaje, lógica, tiempo de reacción, coordinación mano-ojo, alfabetización y habilidades visuales y especiales. Considere agregar actividades de ejercicio mental que se apliquen a su vida cotidiana. Por ejemplo:
Escriba una lista de tareas y luego memorícela.
Escuche una nueva canción y escriba una parte de la letra.
Dibuje un mapa desde su casa hasta la biblioteca.
Investigue un nuevo tema de interés.
Otras formas de desafiar a su cerebro incluyen:
Cambiar la forma en que hace algo. Si es diestro y revuelve el café con esa mano, intente hacerlo con la mano izquierda.
Lea un libro de instrucciones.
Aprenda un nuevo idioma.
Pruebe hacer artesanías o un nuevo pasatiempo.
Aprenda a tocar un instrumento musical.
Tome una clase en su universidad local o centro comunitario.
También es importante complementar su actividad cerebral con un estilo de vida saludable.
Mantenga un peso saludable y coma sano.
Muévase con ejercicio físico.
No fume.
Limite su consumo de alcohol.
Duerma lo suficiente.
Haga su mayor esfuerzo para evitar lesiones.
Reduzca su estrés.
Siga las instrucciones de su médico para controlar sus enfermedades o afecciones.
Concéntrese en actividades que apoyen su salud mental.
Mantenga una vida social activa al pasar tiempo con amigos, ofrecerse como voluntario o unirse a un club en forma regular.
Aspectos a tener en cuenta
El ejercicio mental y los cambios en el estilo de vida pueden ser abrumadores. No intente cambiar todo al mismo tiempo. Comience despacio, eligiendo un juego mental. Si puede agregar más, aún mejor. Si se aburre con el mismo juego, escoja otro para mantenerse activo. No se rinda. Modifique también su rutina diaria de vida. Por ejemplo, si siempre se cepilla los dientes y luego se peina, intente invertir su rutina. Haga lo mismo con su vida saludable. Cambie una comida frita por su versión asada. Agregue cinco minutos a su rutina de ejercicios. Programe sus exámenes y evaluaciones de salud anuales. Programe una cita con un amigo.
Desafortunadamente, no existen garantías de que el ejercicio cerebral y los cambios en el estilo de vida prevengan todas las formas de demencia. No curará ciertas formas de demencia, como la enfermedad de Alzheimer. Sin embargo, puede mejorar la demencia que está directamente relacionada con una enfermedad (como la diabetes tipo 2 no controlada) al controlar la enfermedad con medicamentos y una vida saludable.
Puede ser difícil que detecte la demencia por su cuenta. A menudo, requiere que un miembro de la familia o un amigo cercano noten los cambios. Desafortunadamente, según la Academia Estadounidense de Médicos de Familia (AAFP, por sus siglas en inglés), no existe suficiente evidencia para determinar los pros y los contras de la detección médica de la demencia. La depresión, así como ciertos medicamentos, pueden estar relacionados con la pérdida de memoria.
Cuándo consultar al médico
No se preocupe por la pérdida ocasional de memoria. Esto es normal. Sin embargo, la pérdida de memoria relacionada con la demencia empeora con el tiempo y progresa a un ritmo más rápido. Las señales de que usted o un ser querido pueden estar sufriendo de demencia pueden incluir:
Pérdida de memoria de eventos o información recientes. Esto puede ser notable si usted o un ser querido repite la misma pregunta y no puede recordar la respuesta.
Olvidarse de cómo realizar tareas familiares, como conducir, cocinar o bañarse.
Problemas de lenguaje, como no usar la palabra correcta.
No recordar cómo llegar a un lugar habitual o cómo llegó allí.
Falta de sentido común para cosas simples, como usar un zapato diferente en cada pie.
Incapacidad para pensar de manera abstracta, como comprender el propósito del dinero.
Perder cosas y encontrarlas en lugares extraños, como poner ropa en el refrigerador.
Cambios de humor y personalidad que pueden convertir a una persona generalmente feliz en una persona enojada, grosera, o a una persona confiada en una persona temerosa y desconfiada.
Pérdida de interés en cosas que alguna vez importaron, como el tiempo con amigos y familiares o los pasatiempos.
Dificultad para tomar decisiones.
Preguntas para hacerle a su médico
¿Cuántas horas al día debo pasar jugando juegos mentales?
¿Debería preocuparme si tengo un mal desempeño en los juegos mentales? ¿Es eso una indicación de demencia temprana?
¿Qué significa si me canso después de jugar?
¿Cómo puedo saber si jugar juegos mentales está haciendo una diferencia?
¿Es mejor jugar juegos mentales solo o con un compañero?
Esta información proporciona una visión general y puede que no se aplique a todos. Hable con su médico de familia para averiguar si esta información se aplica a usted y para obtener más información sobre este tema.
Fuente: https://es.familydoctor.org
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