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DEMENCIA: CONOCE LOS PRIMEROS SÍNTOMAS



La demencia senil es una alteración cerebral de carácter irreversible. Normalmente aparece en la tercera edad con una serie de síntomas que provocan la disminución de la capacidad intelectual del paciente. Esta disminución de la capacidad intelectual llega a afectar gravemente al desempeño de las actividades básicas del día a día.


En muchos casos se llega a perder el control de las emociones, se producen importantes cambios de personalidad y de comportamiento y se pierden completamente las habilidades básicas para resolver cualquier problema o inconveniente de la vida diaria.

El grupo de funciones afectadas pueden clasificarse en corticales (razonamiento, memoria, lenguaje y relaciones sociales), subcorticales (emociones) y progresivas (movilidad y habilidades cognitivas).


Muchos especialistas consideran que la demencia senil no es una enfermedad concreta, sino un grupo de síntomas provocados por los cambios en el cerebro. Conocer sus signos puede ser algo muy bueno, ya que al saber lo que depara el futuro, puedes hacer planes para ayudar a un ser querido a enfrentar sus efectos.


¿CUÁLES SON LOS PRIMEROS SÍNTOMAS DE LA DEMENCIA SENIL?

Los síntomas de la demencia senil no se presentan de golpe, sino que aparecen lenta y progresivamente. La primera señal de alarma es la pérdida de memoria. Al principio son cosas sin importancia, como olvidar donde se han puesto las llaves o no acordarse de una cita con algún amigo o amiga. Estos olvidos pueden ser solo fruto de la edad, y no indicar demencia senil, puede relacionarse a un deterioro cognitivo leve, no todas las personas con deterioro cognitivo leve evolucionan a la demencia. Sin embargo, si las pérdidas de memoria se hacen más graves y frecuentes conforme pasa el tiempo, puede que nos encontremos ante un caso de demencia senil. Por eso hay que estar atentos y actuar lo antes posible ante cualquier duda o sospecha. Entre los síntomas iniciales de demencia senil, aparte de las citadas pérdidas de memoria, hay otros que pueden alertarte si estás atento a ellas:


Desorden en el hogar: cambian las cosas de sitio y después no recuerdan dónde las han puesto: llaves, ingredientes para cocinar, ropa. Empiezan a aparecer objetos en los sitios más extraños: llaves en la nevera, lentes de sol en cajas de zapatos, etc.


Torpeza de movimientos: Comienzan a tener dificultades para cocinar, abrir puertas, conducir, manipular el teléfono celular, etc. Comienzan a tener problemas para hacer cosas en las que eran buenos como jugar a las cartas, cocinar, dibujar o escribir. Pierden coordinación física e incluso pueden tener problemas de equilibrio.


Apatía: comienzan a perder interés por tareas que antes les gustaban y algunos presentan síntomas de fatiga sin haber realizado esfuerzo alguno.


Comportamientos inadecuados: el familiar comienza a tener actitudes extrañas o inapropiadas, actitudes que están totalmente fuera de lugar, que afectan la relación con sus amigos y familiares.


Cambios en la manera de caminar: los enfermos de demencia suelen cambiar su forma de caminar.


Insomnio: es un síntoma frecuente en las personas mayores, pero se acentúa en los enfermos con demencia senil.


Si observas estos primeros síntomas de la demencia senil en alguien de tú círculo familiar o social, no dudes en consultar con un médico y en adoptar nuevas actitudes para el día a día. Lo primero que debes hacer es:


Mantener la calma: La frustración al ser conscientes de que les cuesta recordar un hecho, buscar una palabra concreta o sentirse desorientados puede provocar ataques de ira y cambio de personalidad. Ante esto hay que recordar que no lo hacen para molestarnos, saber mantener la calma y evitar la confrontación.


Respetar la autonomía: El cuidador tendrá que hacerse cargo poco a poco de cuestiones diarias como pueden ser administrar el dinero, mantener el hogar en condiciones o cocinar.


Establece rutinas: Saber qué va a pasar cada día y fragmentar las tareas en pasos sencillos le permitirá sentirse centrado y le ayudará a desarrollarlas más fácilmente.


Busca ayuda: La demencia es una enfermedad muy dura no solo para la persona que la sufre sino también para sus cuidadores. No tengas miedo a pedir ayuda cuando la situación te supere para ofrecer la mejor calidad de vida tanto a la persona a tu cargo como para ti.

Si un familiar mayor de 65 años presenta al menos dos de los síntomas de la demencia senil, es el momento de acudir a un especialista para que revise su estado y descarte que se encuentre en la fase inicial de la enfermedad. Los familiares no deben realizar ese diagnóstico, pero pueden ayudar de una manera muy importante para detectar la enfermedad en su fase más precoz.


El Programa de Cuidado de Memoria en Residential Plaza proporciona cuidado médico accesible las 24 horas, basado en el Programa Montessori para el Envejecimiento y la Demencia, en un ambiente hogareño para adultos con la enfermedad de Alzheimer y trastornos relacionados con la demencia.


Fuente: residentialplaza.com

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