Cuando pensamos en las dificultades a la hora de gestionar nuestro tiempo cuando cuidamos a enfermos de alzhéimer nos olvidamos (algunas veces) de las dificultades que ellos mismos sienten para poder orientarse en un mundo tan complejo y que ellos pueden haber olvidado. Por eso hemos recopilado estas 5 terapias que harán más fácil la vida de las personas con Alzheimer.
Primeramente nos gustaría decir que aunque la enfermedad del Alzheimer es de localización neurológica, con el tiempo se acaba mostrando un deterioro físico hasta que en según qué casos puede llegar a dificultar el tratamiento.
Terapia 1: Musicoterapia:
Obviamente no se trata de sustituir ninguna terapia convencional por alternativas, al menos con la musicoterapia nos servirá para incentivar la relajación o preparar al paciente para una actividad física o social.
Tengamos en cuenta que los humanos como “animal” tenemos una relación muy estrecha con el sonido. Puede ponernos en alerta o relajarnos.
Por eso lo ideal es encontrar esos sonidos (o músicas) que provoquen una estimulación del enfermo de Alzheimer que nos lleve a un estado de ánimo adecuado a la actividad a desarrollar.
Terapia 2: Socialización:
La relación con las personas sin duda es uno de los estímulos más ventajosos para personas que padecen esta enfermedad, en los principios de esta enfermedad será posible que puedan estar con familiares que les acompañen en sus tareas cotidianas, que les ayuden a re-reconocer personas e incluso, como no, echar una partida de aquel juego de mesa que les apasiona.
Conforme pasan los días los familiares pueden tener que dedicar una buena parte del tiempo en sus quehaceres y pensamos que un centro de día, en el que se le permita socializar con otras personas, aunque no padezcan la misma enfermedad, puede hacer que se abran al mundo y entiendan que no queremos dañarlos, simplemente vivir junto a ellos.
Eso hará que el cuidador no profesional, sienta que dispone de ese tiempo para poder cubrir sus necesidades, hacer un trabajo o simplemente cuidarse de si mismo.
Terapia 3: Deportes suaves:
No pensamos en la práctica del deporte como el jugar un partido de fútbol. Más bien pensamos en paseos de distinta duración en función del estado físico y anímico del paciente. Por supuesto no todo el monte es orégano, por lo que estaremos atentos a las reacciones para alargar o acortar esos paseos.
Pensamos que es una práctica muy recomendable aquellas que se realizan en piscinas, bien públicas o privadas en las que además de hacer ejercicios suaves podemos activar la socialización, ya que al practicarlas en público ven que no tienen que ser Mark Spitz para poder estar en la piscina.
En el caso que nos encontremos con dificultades a la hora de acceder a la zona de baño podemos adaptar fácilmente nuestra piscina con equipamientos que ya disponen los centros deportivos, si facilitamos el acceso al agua veremos que el estar en una piscina en contacto con el agua y con la flotación se sienten cómodos al tiempo que fortalecen su estructura muscular y refuerzan la ósea.
Terapia 4: Aromaterapia:
Otro de los sentidos más desarrollados por los humanos puede ser la captación de olores, son estas sensaciones las que nos pueden llevar a recordar situaciones y sitios. Por supuesto ese aroma nos puede llevar a recordar personas y situaciones vividas con ellas.
Esta terapia (al igual que la musicoterapia) puede activar ciertas partes del cerebro que nos permita llevar al enfermos de Alzheimer a una actitud positiva hacia la actividad que vamos a realizar.
Terapia 5: Masajes:
De nuevo vamos a la estimulación de los sentidos, un suave masaje de manos o pies nos puede provocar una sensación de relajación que ayuda a conciliar el sueño, o simplemente produce aquella sensación de bienestar que prepara la mente a nueva experiencia.
Fuente: www.alzheimeruniversal.eu
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